En la actualidad es evidente
notar las consecuencias del mal
uso que le hemos dado a nuestros recursos naturales. Cada vez sentimos los estragos que trae esta situación para nuestra vida y seguimos actuando de manera insensata abusando de la riqueza natural que poseemos.
Es importante reconocer que El proceso de deterioro del Medio ambiente en
los últimos años se ha acrecentado de forma vertiginosa, se contaminan los
suelos, el agua, la atmósfera, los cambios climáticos son evidentes y como
resultado muchas especies de animales y vegetales se extinguen. Se debilita la
diversidad genética y con ella las potencialidades de la vida misma. Todo esto
se encuentra en el centro de las problemáticas vitales para la humanidad, se
han convertido en una de las mayores preocupaciones políticas, económicas,
sociales y educativas de cuya solución depende la existencia de la Madre
Tierra. Está en la mayoría de los casos ha
sido por la ambición y el
deseo de algunas personas de
obtener beneficios económicos que no han medido las consecuencias de sus
actos. La explotación minera es uno de los aspectos que han contribuido en
el debilitamiento de nuestro ambiente porque no ha medido las consecuencias que trae consigo este uso indiscriminado que le damos a los recursos es decir se esta
actuando inconsciente mente, solo por recibir
ganancias económicas, las cuales no compensaran el daño que le causamos al medio ambiente.
La bioética de Potter establece
como criterio esencial de su pensamiento un puente entre las humanidades y las
ciencias biológicas. Esta fue la primera motivación inspiradora de una bioética
original. No obstante, el proyecto potteriano tomó otros rumbos, cuya
predominancia la asumió la clínica. Solo años después se reconoce el campo
ambiental como uno sustancial de la Bioética misma, el cual debe ser estudiado
no solo por los ecologistas, sino también por los eticistas. Por esta razón, la
llamada ética ambiental busca la preservación y restauración del ambiente,
incluyendo al hombre mismo, las plantas y animales, y su hábitat dependiente de
ecosistemas. Aire limpio, agua potable, mundo libre de basuras y contaminantes,
puede ser la bandera de un ecologismo simple, en cuyos propósitos se inscribe
también la Bioética contemporánea, incluso la de Potter. Una ética sobre la
vida, una bioética, debe considerar todos estos elementos, pero no con exclusividad.
El problema radica en afrontar un auténtico punto de vista: una preservación
ética del hombre y del ambiente sí, pero, ¿desde dónde? ¿Desde el hombre y en
referencia a lo humano? ¿Desde "la vida" en general? ¿Desde la
biosfera? He aquí un sobresaliente problema, que afrontan de modo simultáneo e
interdependiente las dos disciplinas. Tanto la ecología como la bioética hacen
cuestionamientos sobre la relación del hombre con el ambiente. Pero solo esta
última puede hacer cuestionamientos en materia eco-social.
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